Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

El 25 de Noviembre se conmemora a Patria, Minerva y María Teresa Mirabal. El 25 de noviembre de 1960, el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo ordenó asesinar a “Las Mariposas”. Desde un barranco, sus muertes se elevaron como símbolo internacional del Basta a la Violencia de Género. Frente a los casos aberrantes de feminicidio y violencia ocurridos en la provincia, la fecha es una oportunidad de reflexionar.
Este 25 de noviembre conmemoramos el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer. En las últimas décadas hemos sido testigo de grandes avances: en la actualidad 125 países cuentan con leyes específicas que penalizan la violencia contra la mujer, algo inimaginable hace 20 años. (Argentina: Ley Nº 26.485 de "Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra las Mujeres, en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales").

Sin embargo, este 25 de noviembre nos encuentra una vez más lejos de nuestros objetivos de lograr que millones de mujeres vivan libres de discriminación y violencia.

Y aunque la igualdad entre mujeres y hombres está garantizada en las constituciones de 139 países y territorios, con demasiada frecuencia a las mujeres se les niega el acceso expedito a la justicia y a la protección contra los abusos. La pregunta entonces es ¿qué más podemos hacer para enfrentar este flagelo? Existe la información y los diagnósticos, pero escasea la inversión sostenida y constante y la voluntad política de algunos gobiernos. Es el momento para que los gobiernos de todo el mundo asuman su responsabilidad frente a la violencia contra sus ciudadanas y lo hagan con acciones concretas, transparentes y compromisos medibles.

Necesitamos de una postura de tolerancia cero ante la violencia, con la participación activa de socios poderosos para detener su propagación. Se requiere de liderazgo, leyes eficaces y una justicia inequívoca para enjuiciar a los culpables y poner fin a la impunidad.

Un papel fundamental tienen los hombres, los líderes, jueces, empresarios, esposos, compañeros, hijos, hermanos, amigos. Es a través de la educación, de campañas de sensibilización pública, de programas y políticas públicas que podremos enfrentar con eficacia esta realidad. No basta con el emponderamiento de las mujeres, su liderazgo y decisión. Hay una urgente necesidad de involucrar a todos para detener, prevenir, tratar y sancionar la violencia.

Al presente se está trabajando para cumplir con la promesa de la Carta de las Naciones Unidas sobre la igualdad de derechos de hombres y mujeres en muchos lugares desde los gobiernos, la sociedad civil, hombres y mujeres. No estamos solos.


La democracia, el futuro de nuestro países, el presente de nuestras familias, la convivencia de nuestros entornos, la educación de nuestras comunidades, nuestras economías y la paz del mundo se ven amenazadas cuando la violencia campea ante nuestros ojos, a vista y paciencia de todos nosotros, y como sociedad no estamos siendo capaces de dar una respuesta que salve la vida de las mujeres y sus hijos e hijas. Seguimos en camino.